Arte Mosaico en el Palau de la Música Catalana

Cuando la mayoría arte mosaico Los entusiastas piensan en explorar Barcelona, La Sagrada Familia y el Parque Güell son las primeras atracciones importantes que les vienen a la mente. Si bien ambos son igualmente gloriosos, creo que una visita de un día al interior del Palau de la Música Catalana definitivamente vale la pena. Impresionante caminar a su propio ritmo, se detendrá en cada mural mosaico por una increíble fascinación humana y hacer que la historia cobre vida nuevamente.
El artículo de hoy es una breve parada en el impresionante Palacio de la Música Catalana, manteniendo un sentido de curiosidad y empatía, ¡así que aún querrás ir y explorarlo tú mismo!

El Palau de la Música Catalana
Abriéndose paso por las tediosas y esbeltas calles de La Ribera, en la parte superior de El Born, es posible que observe el impresionante Palacio de la Música Catalana. Aunque este Palacio es bastante notable con sus secciones antiguas y nuevas, el interior es lo que realmente cautiva. Adornado con colores intensos únicos e intrincados arte mosaico, este Palacio ofrece un magnífico contraste con los otros edificios sencillos que lo rodean. También es fácil sentir por qué los catalanes se enorgullecen de este monumento y lo describen como una representación de su espíritu abierto y progresista. Este palacio fue diseñado por el reconocido arquitecto español catalán, Lluís Domènech I Montaner. Fue construido entre 1905 y 1908, como sede del coro de Barcelona, el Orfeó Catalá.

La Sala de Conciertos y El Petit Palau
El espacio más grande y reconocido del Palacio es la Sala de Conciertos. Es un lugar de 2146 asientos con techo de mosaico de vidrio, y también es el escenario principal para conciertos y recitales. Sin embargo, el Petit Palau es un espacio más pequeño con 538 asientos y un enfoque más moderno. Construido en 2004, con una extravagancia más contemporánea, pero no contiene el glamour ornamentado de la sala de conciertos principal. Este espacio fue diseñado para conciertos de música de cámara, con una atención precisa a la acústica de la sala.

Musa del arte del mosaico
Aunque el tamaño del monumento hace que sus obras de arte en mosaico parezcan pequeñas, estas son las que le dan al Palacio una capa exterior exquisita.
Por último, pero no menos importante, dado que Montaner les otorgó el estatus más importante, no se debe olvidar contemplar la belleza etérea de los techos del Palacio y los mosaicos de vidrieras que contribuyen a la sensación general de luz y paz en el interior del Palacio.
¿Has estado alguna vez en el Palau de la Música Catalana?
En una palabra, ¿cómo lo describirías? ¡Comparta sus pensamientos en el cuadro de comentarios a continuación!
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